Un año más se repite el éxito y las entradas
para el sábado y el domingo se agotan a pocos días de que se celebre el
evento.
Vista del viernes 30 de noviembre desde la cúpula de las Arenas. |
“¿Puedo
hacerte una foto?” es una de las frases que más se escuchan por el Salón del
Manga de Barcelona que se ha celebrado del 29 al 1 de noviembre. La respuesta
suele ser la misma: “claro”. La
fotógrafa, que ha conseguido hacerse con uno de los codiciados abonos
para los cuatro días, se aleja para dejar que la chica pose con su cosplay
(disfraz). “¡Gracias!”, la cosplayer desaparece entre la multitud, cada una sigue
su rumbo, una vuelve a posar para las fotos mientras que la otra continúa sus
compras de stand en stand. A los vendedores casi no les ha dado tiempo de poner
los precios que el jueves a primera hora las ventas ya son considerables. Agolpados frente a los
centenares de productos se oye: “¿cuánto vale la figura de Hora de Aventuras?”,
“¡me llevo la de Luffy que sale corriendo!”. El comprador que acaba de dejarse
parte o todos los ahorros en varias figuras y merchandising se marcha con una
gran sonrisa en la cara.
Bolsas
y más bolsas se amontonan en uno de los merenderos mientras los visitantes
almuerzan oniguiris, ramen, mochis, takoyakis y demás delicias orientales de los
puestos de comida de la nave. Van pasando las horas y las colas se hacen más largas
y pesadas a medida que se acerca la hora de comer. Ya empiezan a faltar mesas
aunque hay quién no duda en compartirlas con otros desconocidos. El Salón se
convierte en una mezcla de: compras, fotografías, exposiciones, talleres, juegos,
comida y mucha socialización.
Las entradas para el sábado se agotaron el 15 de octubre y el día 27 las del domingo
Los
días más fuertes, sábado y domingo, el Salón del Manga está a rebosar de
visitantes y pese a que el espacio es amplio (60.000 m2) se forman pequeños
embudos. Hay quién en busca de un poco de aire y tranquilidad se refugia en las
exposiciones. Otros prefieren seguir la odisea, explorar el trabajo local y se
marchan a visitar la zona de fanzines dónde dibujantes amateurs venden sus
propias historias y aún se puede respirar.
Cosplayer disrazada de Soraka de League of Legends |
La
venta anticipada ha generado polémica entre algunos seguidores que se lanzaron
al cuello de Ficomic a través de las redes sociales ya que al abrir tan pronto
la venta hay quienes no podían saber qué días podían asistir. En 2013 se
produjo un colapso que provocó que se paralizara la venta de entradas durante
unas horas, ya que las colas para entrar a la nave llegaron a suponer 3 y 4
horas de espera. Desde 2014 las entradas pueden comprarse de forma anticipada
por Internet. Sin embargo, aunque este año también se han visto comentarios al
respecto, lo cierto es que desde entonces las colas se han agilizado notablemente.
Con
este nuevo triunfo es más que evidente que el manga es cada vez más conocido y
aceptado por todo el mundo. Estos dibujos de ojos grandes, tachados en muchas
ocasiones de violentos, han ido labrándose poco a poco un espacio en el corazón
y en la mente de la sociedad. Una sociedad que, aunque todavía siguen
considerándolos unos raros o unos frikis, cada vez son menos incomprendidos.