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dilluns, 2 de novembre del 2015

XXI Salón del Manga: una afición imparable

Un año más se repite el éxito y las entradas para el sábado y el domingo se agotan a pocos días de que se celebre el evento.

Vista del viernes 30 de noviembre desde la cúpula de las Arenas. 

“¿Puedo hacerte una foto?” es una de las frases que más se escuchan por el Salón del Manga de Barcelona que se ha celebrado del 29 al 1 de noviembre. La respuesta suele ser la misma: “claro”. La  fotógrafa, que ha conseguido hacerse con uno de los codiciados abonos para los cuatro días, se aleja para dejar que la chica pose con su cosplay (disfraz). “¡Gracias!”, la cosplayer desaparece entre la multitud, cada una sigue su rumbo, una vuelve a posar para las fotos mientras que la otra continúa sus compras de stand en stand. A los vendedores casi no les ha dado tiempo de poner los precios que el jueves a primera hora las ventas ya son considerables. Agolpados frente a los centenares de productos se oye: “¿cuánto vale la figura de Hora de Aventuras?”, “¡me llevo la de Luffy que sale corriendo!”. El comprador que acaba de dejarse parte o todos los ahorros en varias figuras y merchandising se marcha con una gran sonrisa en la cara.

Bolsas y más bolsas se amontonan en uno de los merenderos mientras los visitantes almuerzan oniguiris, ramen, mochis, takoyakis y demás delicias orientales de los puestos de comida de la nave. Van pasando las horas y las colas se hacen más largas y pesadas a medida que se acerca la hora de comer. Ya empiezan a faltar mesas aunque hay quién no duda en compartirlas con otros desconocidos. El Salón se convierte en una mezcla de: compras, fotografías, exposiciones, talleres, juegos, comida y mucha socialización.

Las entradas para el sábado se agotaron el 15 de octubre y el día 27 las del domingo

Los días más fuertes, sábado y domingo, el Salón del Manga está a rebosar de visitantes y pese a que el espacio es amplio (60.000 m2) se forman pequeños embudos. Hay quién en busca de un poco de aire y tranquilidad se refugia en las exposiciones. Otros prefieren seguir la odisea, explorar el trabajo local y se marchan a visitar la zona de fanzines dónde dibujantes amateurs venden sus propias historias y aún se puede respirar.

Cosplayer disrazada de Soraka
de League of Legends
Tras más de 137.000 visitantes y alcanzar una nueva cifra récord en un recinto que, respecto al año anterior, ha aumentado en 10.000 metros cuadrados, el Salón del Manga vuelve a superarse un año más. No obstante, muchos aficionados al cómic y a los videojuegos se han vuelto a quedar sin entrada para asistir durante el fin de semana al evento. Por un lado, las 3.000 entradas para cosplayers del viernes se agotaron el 16 de julio, recordad que años atrás todo aquél disfrazado podía entrar de forma gratuita al salón el día establecido. Por otro lado,  las entradas para el sábado se agotaron el 15 de octubre y el día 27 las del domingo. Así pues solamente se vendieron en taquilla entradas para el jueves y para el viernes, los días menos concurridos y más agradables para visitar.

La venta anticipada ha generado polémica entre algunos seguidores que se lanzaron al cuello de Ficomic a través de las redes sociales ya que al abrir tan pronto la venta hay quienes no podían saber qué días podían asistir. En 2013 se produjo un colapso que provocó que se paralizara la venta de entradas durante unas horas, ya que las colas para entrar a la nave llegaron a suponer 3 y 4 horas de espera. Desde 2014 las entradas pueden comprarse de forma anticipada por Internet. Sin embargo, aunque este año también se han visto comentarios al respecto, lo cierto es que desde entonces las colas se han agilizado notablemente.

Con este nuevo triunfo es más que evidente que el manga es cada vez más conocido y aceptado por todo el mundo. Estos dibujos de ojos grandes, tachados en muchas ocasiones de violentos, han ido labrándose poco a poco un espacio en el corazón y en la mente de la sociedad. Una sociedad que, aunque todavía siguen considerándolos unos raros o unos frikis, cada vez son menos incomprendidos. 

divendres, 11 de setembre del 2015

Ética: ¿Información o puro morbo?

Acerca de la publicación de imágenes que pueden afectar la sensibilidad del espectador existen muchas opiniones. La mía siempre ha sido firme: no a las imágenes morbosas que no aportan ningún tipo de información relevante. ¿Pero qué es y que no es relevante? Ese es también un eterno dilema.

Sin embargo, me gustaría poner algunos ejemplos basándome en categorías:

IMÁGENES DE ACCIDENTES DE AUTOMÓVILES
Muchos afirman que mostrar los automóviles destrozados es un toque de atención para concienciar a la población de que el coche, en determinadas situaciones, puede ser  peligroso y por ello se debe extremar la precaución. Hasta determinado punto una tiene que aceptar que, aunque no lo crea necesario del todo, puede que a alguien le sirva de advertencia. 
Aún recuerdo casi 10 años atrás cuando en la televisión vi como mostraban unos teléfonos móviles sonando, posiblemente eran llamadas de sus familiares que buscaban ponerse en contacto con ellos. Puede que la gente opine que soy demasiado aprensiva pero personalmente opino que estas imágenes unidas a los planos recurso de peluches, ríos de sangre o cadáveres a medio cubrir son para mí rozar la morbosidad innecesaria. Como tampoco hacía falta repetir las imágenes del accidente en el Rally de A Coruña repetidas veces.

La DGT ha presentado varias veces campañas contundentes para concienciar a los conductores, pero claro, son recreaciones, afortunadamente no es real. ¿Es demasiado? ¿Sí? ¿No? Que cada uno juzgue por si mismo.


VIOLENCIA DE GÉNERO Y ASESINATO
Los casos de violencia de género pretenden denunciar los asesinatos que se producen debido a la discriminación de sexo del individuo. Hay quienes definen la violencia de género como la producida concretamente por la opresión del hombre contra la mujer. Un concepto que para mí es completamente erróneo pues los hombres también sufren de dicha violencia aún y cuando no escuchamos el bombardeo de noticias por televisión.  
Hemos oído y visto mucha broma y a la vez crítica acerca de las preguntas a los vecinos sobre esta clase de sucesos: “¡siempre saludaba!”, “en la escalera era muy majo” y un largo etcétera de mamarrachadas que solo sirven para llenar los segundos que tienen que tener por norma una noticia.
Por poner un caso sonado y actual, el sucedido con una reportera de televisión estadounidense que fue asesinada por un compañero de la cadena en directo junto al cámara que la acompañaba. Fue repetido hasta la saciedad en televisión como un bucle y puede verse en la red sin ningún tipo de problemas. Yo no lo he visto, lo confieso, no me aporta más información, solamente dolor. 
¿Había necesidad de ver la crueldad de las imágenes? ¿Sirve para evitar otros asesinatos? No. Pues entonces no hace falta reproducirlo y mucho menos una y otra vez. En casos aislados solo responde al puro morbo de conocer los hechos al dedillo.  

En el artículo de El Periódico podemos leer esto:


GUERRAS  Y CONFLICTOS
Este es un punto más delicado todavía si cabe. Hay imágenes que a lo largo de la historia han conseguido cambiar el curso de una guerra. Imágenes que se vuelven un icono aparentemente de la lucha contra la maldad humana y los conflictos armados.
¿Recordáis la fotografía galardonada con un premio Pulitzer de Nick UT? En este artículo de ABC podemos leer como la niña, ya con alrededor de los 50 años dice: “Con el tiempo comprendió que gracias a esa imagen el dolor y el horror de la guerra padecida por sus conciudadanos no se hundió en el olvido. Muchos consideran que la dureza de la imagen provocó que Estados Unidos terminase con su intervención en Vietnam".

¿Estamos perdiendo sensibilidad o bien el impacto nos ayuda a hacer denuncia?

Hace poco veíamos la imagen del pequeño niño sirio ahogado en las costas turcas. La fotografía fue tomada por Nilufer Demir y ha generado una oleada de solidaridad para con los refugiados. Entonces... ¡Sí parece que después de tanta carnicería sirve para algo! 
Sin embargo, el periodista francés Thierry Meyssan afirma que se trata de una escenificación ya que “los cuerpos devueltos por el mar quedan en posición paralela a las olas, nunca perpendicularmente a ellas”. ¿Teoría de conspiración? Es mejor aparcar ese tema a un lado pero no está de más echarle un ojo a “La falsacrisis de los refugiados”. 

A mí me asalta otra duda. ¿Dieron por muerto al niño nada más verlo y no le dieron la vuelta para poder practicarle los primeros auxilios? ¿nadie le dio la vuelta o la comprobación de las constantes vitales se hizo en esa misma posición? Una posición que, ciertamente, es demasiado delicada e incluso demasiado gentil para el oleaje. 

¿Hasta qué punto podemos decir que algo es morboso? Uno de los parámetros a tener en cuenta es como estas imágenes van a afectar a los familiares, aunque muchas veces encontrar el equilibrio entre concienciar de lo ocurrido y la invasión de la intimidad de los familiares es prácticamente imposible. Me sumo a la pregunta de Emma Torres en "¿Sirven estas imágenes para concienciar y dejar patente la perversidad del terrorismo?, ¿Compensa este hecho el dolor y sufrimiento que pueda causar? "En mi opinión, la mayoría de las veces no. 
La ética o deontología periodística está gravemente en peligro y parte de la culpa no es sólo de los periodistas sino de los ciudadanos de a pie que ayudamos a contribuir a que la desgracia genere audiencia.