Muchos son
los actores que se han rebelado contra los premios de la Academia por
considerar que sufren una discriminación racista
Un año más
20 actores y actrices han optado a los premios Oscar. Quizás el tema principal
de esta edición hubiera sido la expectativa de que, por fin, Leonardo DiCaprio
recibiera su esperada estatuilla, ya no por su último trabajo en “El Renacido”,
sino por conmemoración a toda su carrera. Sin embargo, la polémica ha surgido
debido a que por segundo año consecutivo no ha habido ningún hombre (o mujer)
de color entre los nominados. De hecho, este suceso no es tampoco una novedad,
en 88 ediciones solamente 15 estatuillas han ido a parar a manos de dicho
colectivo.
En toda la historia el primer hombre de color que
ganó un trofeo dentro de la categoría de Mejor Actor fue Sidney Poitier en 1964
por Los Lirios del Valle. No hubo ninguno más para los afroamericanos dentro de
la categoría hasta 38 años después con Denzel Washington por Día de
Entrenamiento en 2002. Ese mismo año ganaba otro Oscar Halle Berry por
Monster’s Ball y Sidney Poitier recibía la estatuilla honorífica por su
carrera. Ese fue pues un año brillante para la comunidad afroamericana. Unos
años después, en 2005, fue Jaimie Foxx quien lo consiguió por Ray. Y así hasta
la fecha, el último que ganó el Oscar al Mejor Actor fue Forest Whitaker por el
Último Rey de Escocia en 2007.
Como Mejor
Actor de Reparto o secundario el primero fue en 1940 Hattie McDaniel por Lo que
el Viento se Llevó. Después le siguió Louis Gossett, Jr. quien lo obtuvo por
Oficial y Caballero en 1983. Denzel Washington ganó su primer Oscar por Tiempo
de Gloria en 1990, tan solo un año después Whoopi Goldberg se lo llevó por
Ghost. El siguiente fue Cuba Gooding Jr. por Jerry Maguire en 1997. No fue
hasta 2005 que Morgan Freeman se hacía con su premio por Million Dollar Baby.
Le siguieron Jennifer Hudson por Dreamgirls en 2007, Mo’nique por Precious en
2009 y Octavia Spencer por Criadas y Señoras en 2012. La más reciente fue
Lupita Nyong’o por 12 Años de Esclavitud en 2014.
Muchos apuntan a que sencillamente no se han producido nominaciones de afroamericanos porque no se lo merecían. Este es el caso de la actriz Charlotte Rampling ya que según ella “quizá los actores negros no merecían llegar a la recta final” y que “se trataba de racismo contra blancos”. El revuelo que provocaron estas palabras hizo que Rampling afirmara que se había, supuestamente, malinterpretado su declaración. Pero lo cierto es que muchos han defendido que este año ha habido interpretaciones de calidad que podrían haber optado al galardón como por ejemplo Will Smith por La Verdad Duele, Idris Elba por Beast of No Nation, Samuel L. Jackson por los Los Odiosos Ocho y Michael B. Jordan por Straight Outta Compton.
Esta es la razón por la que el productor y guionista Spike Lee inició lo que llamaría boicot a los premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos. A este llamamiento se le unieron prácticamente de inmediato Jada Pinkett-Smith, la mujer de Will Smith y consecuentemente lo hizo él por no sufrir una posible “incomodidad” en la gala, aunque lo afirmó sin muestras de resentimiento. Otros como Whoopi Goldberg se mostraron completamente contrarios al boicot y Mark Ruffalo se lo estuvo pensando aunque finalmente se presentó a la gala e intentó robar una estatuilla del decorado por diversión. Mientras tanto el presentador de la gala y afroamericano Chris Rock continuará siendo el maestro de ceremonias aunque mostró su descontento con la Academia. Twitter ardía como es natural en comentarios bajo los hashtag #OscarsSoWhite y #OscarsStillSoWhite.
El día de los Oscars llegó y la manifestación convocada por el reverendo Al Sharpton se celebró con 200 asistentes que se congregaron a la salida del Dolby Theatre. Consiguieron generar un poco de ruido pero únicamente para mantener el debate abierto y pendiente de revisión para próximas ediciones. Sin embargo, no son los únicos que se podrían considerar discriminados, lo mismo pasa con los latinos y con las mujeres. Sólo una mujer ha ganado el Oscar a la mejor dirección, fue Kathryn Bigelow por Tierra Hostil en 2010. Respecto a nominaciones ha habido 4 contando la anterior: Lina Wertmuller por Pasqualino Siete Bellezas en el año 1976 y Jane Campion por El Piano en 1993, aunque la dirección solo se quedó en candidatura sí ganó el Oscar a la mejor dirección. Por último Sofia Coppola optó al galardón por Lost in Translation que tampoco se llevó el Oscar a la mejor dirección, pero sí el de mejor guión en 2004. Por estas razones se puede decir que los Oscars están dominados principalmente y en su mayoría, como suele suceder en todos los ámbitos, por hombres blancos.
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